Rafa Pons es uno de los numerosos cantautores surgidos de las fantásticas “nits de l’art”, junto a Dani Flaco, Alejandro Martínez y otros…
Su primer disco es “Mal te veo”, que consta de catorce canciones, en ocasiones más cercanas al rock que al género más clásico de cantautor, como demuestran las colaboraciones de Lucas Masciano y Aurora Beltrán, de Tahúres Zurdos.
Los temas están plagados de historias cercanas, divertidas, llenas de tacos, en ocasiones “a lo Sabina” (“La turca”), que retratan a un canalla sensible y sin complejos. Con toda la pinta de un primer disco de cantautor, Rafa pone boca arriba todas sus cartas musicales, y muestra al mismo tiempo sus momentos más inspirados (“Nieve en la ventana”, “Hotel y domicilio”), su desparpajo (“Rafita Perestroika”), y alguna canción de esas que es mejor enseñarle sólo a los amigos (“La niña de Getxo”).
En las antípodas de la herencia de los cantautores “del 68”, y de los que viajan por las espirales del alma, Rafa (como Dani Flaco y otros) ha situado sus canciones en el escenario y el imaginario de su generación y de su ciudad: el Zurich, las guiris, la filmoteca, Quique González, Torrente, la calle Ferlandina…
En definitiva, un tipo recomendable para resituar la música de cantautores de BCN de los últimos meses, y sin duda para disfrutar de un directo fundamentalente cachondo, que ofrece el difícil y poco frecuente equilibrio entre la sensibilidad, la buena música y el sentido del humor.
Su primer disco es “Mal te veo”, que consta de catorce canciones, en ocasiones más cercanas al rock que al género más clásico de cantautor, como demuestran las colaboraciones de Lucas Masciano y Aurora Beltrán, de Tahúres Zurdos.
Los temas están plagados de historias cercanas, divertidas, llenas de tacos, en ocasiones “a lo Sabina” (“La turca”), que retratan a un canalla sensible y sin complejos. Con toda la pinta de un primer disco de cantautor, Rafa pone boca arriba todas sus cartas musicales, y muestra al mismo tiempo sus momentos más inspirados (“Nieve en la ventana”, “Hotel y domicilio”), su desparpajo (“Rafita Perestroika”), y alguna canción de esas que es mejor enseñarle sólo a los amigos (“La niña de Getxo”).
En las antípodas de la herencia de los cantautores “del 68”, y de los que viajan por las espirales del alma, Rafa (como Dani Flaco y otros) ha situado sus canciones en el escenario y el imaginario de su generación y de su ciudad: el Zurich, las guiris, la filmoteca, Quique González, Torrente, la calle Ferlandina…
En definitiva, un tipo recomendable para resituar la música de cantautores de BCN de los últimos meses, y sin duda para disfrutar de un directo fundamentalente cachondo, que ofrece el difícil y poco frecuente equilibrio entre la sensibilidad, la buena música y el sentido del humor.
Marcos Ibañez
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